Santiago, marzo de 2010.
TESTIMONIOS
Guardia Sr.: Eutalio Fernández, código 12906. (27 de febrero de 2010).
Me encontraba trabajando en la sucursal del Banco del Desarrollo, ubicada en Mac-Iver con Huérfano, en servicio nocturno; por remodelación de dicha sucursal cuando ocurrió el terremoto que azotó a nuestra nación. A esa hora ya me encontraba solo, puesto que los trabajadores se habían retirado unos momentos antes; con el fuerte sismo cayeron todos los cuadros, adornos, relojes que se encontraban en las paredes de la sucursal y muchas de las palmetas del cielo falso de la techumbre –relata- pasados los primeros segundos del terremoto se corta el suministro de energía eléctrica, quedando con solo una “lámpara de emergencia”, la cual no duró menos de una hora, por no tener la carga completa –trabajo para el Dpto. de prevención de riesgos, argumenta- quedando en total oscuridad; sin radio y teléfono para comunicarse. El acceso quedó bloqueado con las cosas que cayeron, y por tratarse de accesos eléctricos no se podía abrir nada, quedando además, encerrado en la sucursal….pero por esas cosas de la vida que uno no puede explicarse; hubo un lapso –no más allá de dos o tres minutos- en los cuales recibió un llamado a su celular, y se trataba justamente de su señora esposa, quien se encontraba en la cuidad de Linares junto a su hija, con la cual pudo hablar y saber que estaban bien, pero se les había caído la casa, perdiendo todo lo que se encontraba dentro; pero lo más importante era saber de su gente y que se encontraban con vida, lo que lo dejó mucho más calmado y pudo dar un poco de tranquilidad a sus pensamientos. Después de eso, no tuvo comunicación con nadie más…
Más tarde, a través de Carabineros tuvo comunicación con el exterior; pero con la empresa, nada.
Alrededor de las 12:30 horas del día sábado, se reestableció el suministro eléctrico en la instalación, y se pudo abrir el acceso; a las 13:00 horas llegó un colega a relevarlo de sus funciones y se retiró con dirección a la Casa Matriz del Banco, donde le comentaron que no tenían idea que se encontraba de servicio en la mencionada sucursal. Aquí podemos observar la nula coordinación e información que debe existir entre las partes encargadas de los servicios en las sucursales del banco y Prosegur Chile.
Se produce un silencio,…se quiebra y llora –al recordar el momento del terremoto- dando gracias a Dios, que se encuentra bien (físicamente) y que supo de su familia en Linares; imagínese –recalca- estar solo, sin luz y agua, sin comunicación y encerrado, pensando si vendrá otro sismo tan fuerte como el anterior, es una lucha interna increíble; y sin siquiera recibir un llamado de la empresa –sentencia-.
El guardia es de la conocida ciudad de Linares y por las vueltas de la vida –falta de oportunidades- trabaja en Santiago, para así poder llevar el sustento a casa en las quincenas y fin de mes. Comenta que hasta el momento, sólo ha recibido ayuda del Sindicato, la cual agradece.
Esto lo lleva a recapacitar y agradecer a Dios, que todos en su familia están bien y con vida; aprendió a ver la vida de otra forma, dice que es una nueva oportunidad que se le da para reconciliarse con Dios, la familia, los amigos; es hora de detenerse un momento y mirar la vida más calmadamente; no afanarse tanto en las cosas materiales, las cuales son perecederas, y preocuparse más de vivir al máximo los momentos que podemos compartir en familia y los seres amados.
TESTIMONIO
Guardia Sr.: Iván Rivera D., código 5883.
La noche del terremoto me encontraba en mi casa junto a mi familia, cuando fuimos sorprendidos por este fuerte Sismo; se nos vino parte de la casa –de material ligero- al suelo, quedando prácticamente a la intemperie en el terreno que hace unos 10 años ocupo en la comuna de Renca. Al llegar la luz del nuevo día (sábado 27), me presenté en la instalación del Monserrat de Quilicura, a realizar mis labores de guardia, que es para lo que fui contratado; fui el único guardia que llegó a turno junto a un grupo de trabajadores del supermercado. Tuvimos que mantener el local cerrado, para realizar limpieza de todo lo que cayó al suelo, y tratar de rescatar lo que se podía rescatar. Pasado un lapso de tiempo, me percato que venía un grupo de más menos doscientas personas; pongo en aviso al administrador del local y a los demás trabajadores; reforzamos las “cortinas metálicas” del supermercado y a esperar se ha dicho, armado con palos y fierros, todo lo que sirviese para defenderse y protegerse servía, mientras esperábamos que se presentase Carabineros de Chile en el lugar. Nos defendimos como pudimos –relata- después de poder abrirnos parte de las “cortinas”, recibimos y dimos, golpes, patadas, palos, escupos,…pero no aflojamos hasta que llegó Carabineros y con los carros lanza agua y lacrimógenas pudieron calmar la situación; el hecho es que no se robaron nada. Carabineros al mando de un alto funcionario, solicitó al guardia que abriese el supermercado y dejase ingresar de unas cincuenta personas a la vez, y sacasen todo lo que necesitasen, a lo que el guardia le dijo que no; que nadie va a ingresar al local, si no es a comprar. En ese momento se desarrolló una discusión con el oficial de Carabineros, pero el guardia le hizo ver que “él es el encargado de la seguridad del local, y no permitirá que nadie ingrese a “saquear” el supermercado; si necesitan algo, que lo compren”… En ese mismo instante llegaron varios vehículos de la PDI, y más seguro me sentí –cuenta este valiente y osado guardia que enfrentó al tumulto y después a Carabineros- ya que, ellos tomaron el control de la situación –refiriéndose a la Policía- “volviéndome el alma al cuerpo”. De ahí se generó otra discusión; pero esta vez entre el encargado de la Policía y de Carabineros, llegué a pensar –nos comenta- que habría un enfrentamiento entre las dos Instituciones; gracias a Dios no fue así, y Carabineros se retiró. Al mismo tiempo nos solicitaron si teníamos gente para habilitar un par de cajas y poder vender alimentos y productos básicos a la gente, aduciendo que ellos se quedarán para “mantener el orden” al interior del local, como también alrededor de éste; a lo que le dijimos que si juntamente con el Administrador del local. Estuvimos trabajando con tres cajas sin parar todo aquel día… pero valió la pena, hasta hoy día, el Administrador se ha portado mejor que nadie con todos los que estuvimos ese día trabajando en el local.
Continuando con lo del terremoto; el día de las “replicas fuertes” –el mismo día del cambió de mando- me encontraba arreglando parte de la techumbre de mi casa; ya que como soy algo ordenado, tenía una platita guardada, pero ese día no había alcanzado a afirmar bien el techo y los materiales que había comprado para mi casa, cuando a causa de las mencionadas replicas, terminó por caerse mi casa, perdiendo lo poco y nada que había alcanzado a rescatar del terremoto; por eso me acerqué al Sindicato a solicitar alguna ayuda, y que intercedan ante la empresa, para conseguir alguna ayuda de ellos también; ya que con urgencia necesita un techo para cobijarse él y por supuesto a su familia.
El Sindicato le ayudó a través del FAS, Fondo de Ayuda Solidaria.
________________________________________________________________________
Guardia Sr.: Claudio Salazar S., código Nº 6343.
Al guardia señor Salazar, lo pilló el terremoto en sus vacaciones, visitando a sus padres en la ciudad de Lota, octava región; donde lo perdieron todo. Claudio, tenía que volver a trabajar un determinado día; pero decidió no hacerlo; así es que pidió a la dirigencia sindical que interviniésemos por él ante la empresa; ya que, no pretendía volver a Santiago y dejar a sus padres solos en estos momentos tan difíciles por los cuales estaban pasando, y viviendo en una Carpa a la intemperie; así es que no volvería, pero tampoco quería quedar mal ante la empresa, y que le dieran de baja por “no presentarse a trabajar” o “faltas reiteradas”…quería salir por la misma puerta que entró.
El día viernes 12 de marzo, nos reunimos con la gerencia de Operaciones y Relaciones Laborales, para tratar el problema que aquejaba al guardia –entre otros temas- y buscar una solución en conjunto con la empresa. Debemos destacar que don Ramón López, gerente de Operaciones se “portó” muy bien con el guardia, entendiendo la situación; así es que desarrolló un par de llamadas a la zona, consultando por vacantes en la cuidad de Concepción, que era lo más cercano a Lota, para posteriormente darnos una respuesta positiva a lo solicitado.
Hoy día el guardia está trabajando en la cuidad de Concepción, cerca de sus padres, para así poderles ayudar a levantarse de nuevo. Traslado conseguido en una muy buena negociación entre los dirigentes sindicales y la empresa Prosegur Chile.